Por
segunda vez, un casamiento con tintes italianos, con estilo relajado y a pura
alegría. Si bien Orne y Nico son de acá, hace un tiempo que viven en Milán,
desde donde me contactaron para avisarme que se querían casar en Rosario y que
yo me encargara de las fotos. Tras un par de charlas via Skype, de manera muy
expeditiva todo quedo resuelto con varios meses de anticipación. Y no fue
casualidad, porque cuando llegaron ya estaba todo muy organizado, minuto a
minuto y sin un solo retraso… un lujo!
Arrancamos
bien temprano en lo de Orne, donde el mate y el té se mimetizaban a la
perfección con el maquillaje de Lula Ferrarons y el peinado de Marcelo .
Habíamos pactado horarios para llegar bien con todas las fotos y se cumplieron
a la perfección, algo casi inédito en este tipo de eventos.
La
lluvia amenazó en vano toda la mañana y, tras una ceremonia impecable en Cristo
Rey, las primeras gotas cayeron justo llegando a Villa Ana. La decoración, obra
cuidadosa de Malena Frutos, se pudo adaptar perfectamente al cambio de planes,
para que el Civil arrancara en tiempo y forma.
Entre
la carpa blanca y el cielo gris, todo el color lo pusieron Orne, Nico y cada
uno de los invitados. Rápidamente explotó la fiesta con la mejor música de
Franco Belli, marcando claramente el inicio pero dejando un final incierto,
hasta altas horas de la noche.
Sin
dudas, un casamiento sencillamente lindo y extremadamente divertido. Muchas
felicidades Orne y Nico, y muchas gracias por todo!!
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