En el Civil, una semana antes, ya se sospechaba cómo venía la mano: una casa invadida de familiares y amigos, una decoración exquisita (Cruz y Loli) y toda la onda para extender el festejo hasta horas incalculables.
Los preparativos no podían ser menos. Otra vez, las amigas de Cata y los amigos de Tuli tomaron su lugar y ocuparon cada ambiente de la previa, prometiendo no dejar asientos libres en La Catedral, donde el ambiente fue ideal, y el nerviosismo rápidamente dejó lugar a la espontaneidad que caracteriza a Cata y Tuli.
Punta Barranca directamente explotó. Con todo, con todos. Nadie se quedó quieto, ni siquiera en la recepción. La fiesta fue eso, una fiesta, LA fiesta. Buenos momentos, y sin duda muchas fotos para intentar al menos dar una pequeña muestra de lo que fue un gran festejo.
Felicidades Cata y Tuli, gracias por todo, y prepárense para ver fotos porque hay mucho más!!
Muchas gracias Daniel Perez por las fotos y Sergio Córdoba por la ayuda!!
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